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Tribulaciones de una estudiante frente a la escritura de un parcial
Carolina Lisarrague, estudiante de la Licenciatura en Historia, nos relata su experiencia personal sobre el momento de escribir un parcial. Sin dudas, este artículo está dirigido a todos los estudiantes que al comenzar un exámen nos encontramos con múltiples conflictos frente a la hoja en blanco.

La í de la discordia

Hace unos días me encontraba escribiendo un texto para un parcial y me encontré con un problema que me costó un rato resolver.

“Escribir es una parte importante de nuestro trabajo como historiadores” dicen ellos. A mí escribir me cuesta muchísimo. Me cuesta hacer afirmaciones contundentes por temor a errarle, me cuesta corregir, me cuesta -sobre todo- salirme de la cita textual, porque ¿de dónde salió la idea de que puedo reponer un texto de una manera propia que supere la manera tan clarita y redonda de escribir de la autora?

El punto es que me encontraba escribiendo mi parcial con el firme propósito de no pensar en cuántas páginas me iba a llevar porque “no se preocupen de la cantidad de páginas, lo importante es lo que tienen para decir del tema”. Dale. Un parcial sin preguntas es como Masterchef sin receta. Un abismo. Un universo de posibilidades. Diez millones de probabilidades de errarle. Veinte millones de preguntas como ¿esto será importante? ¿es correcto que resalte una idea y no la otra? ¿si les autores se centraron en un punto, tiene sentido que yo lo omita  y haga foco en otro? ¿si yo fuera le docente que tengo que corregir, qué idea no debería faltar? ¿lo escribo con e? ¿con o? ¿con a? ¿este lenguaje que estoy usando, no es demasiado pretencioso? ¿demasiado coloquial? ¿existe un punto intermedio entre coloquial y académico que me sirva?  La profe dijo que quería saber qué pensábamos nosotros, pero… ¿en serio importa lo que pensamos nosotros si, finalmente, esto es un parcial que tiene que dar cuenta de que leímos los textos? Y así, ad infinitum. Además, seamos sinceros: en un parcial lo que queremos es una buena nota. Porque está bien que “el final es una instancia integradora muy útil” pero, ¿quién prefiere ir a final en vez de promocionar? la honestidad ante todo, será muy integrador, pero con promoción termino en noviembre, y con final ya me veo en febrero subrayando textos al lado de la pelopincho.

A pesar de que una de mis grandes dificultades es que suelo ser muy sintética a la hora de elaborar una respuesta, podría seguir con este tipo de preguntas durante no se… ¿trescientas páginas? ¿ocho millones de caracteres?

Pero no nos vayamos por las ramas. Estaba escribiendo mi parcial -decía- con el firme propósito de no pensar en caracteres y además con la idea en mente de que el texto tenía que dar cuenta de algún pensamiento propio. Y entonces me encuentro con que las autoras señalan en sus textos una reflexión sobre el tema del género. Del género femenino más concretamente.

Una cosita, o tal vez dos: ¿para todo el mundo es obvio que “cuestiones de género” o “perspectiva de género” refiere al género femenino directamente? No digo en los casos que está explicitado en el texto, digo cuando sólo dice “de género”. ¿Soy la única que siente que le falta el “femenino” a esa expresión para que quede realmente claro de qué estamos hablando? ¿Tengo que aclararlo? ¿o sencillamente con decir “de género” todo el mundo entiende? Y aunque todo el mundo entienda, si a mí me parece que es necesaria la aclaración, ¿no debería escribir “de género femenino”? ¿o le estoy buscando la quinta pata al gato?

Disculpen que me distraiga con detalles, pero son muchas las cuestiones que le surgen a la estudiante cuando escribe un parcial.

Les estaba contando sobre las autoras, que señalaron en sus textos que, si bien se habían producido modificaciones en las prácticas sexuales en la década del sesenta, esas modificaciones no eran iguales para varones y para mujeres. En efecto, hubo una apertura sobre lo que las mujeres podían o no podían hacer, pero esa apertura no llegaba ni de lejos a ser superadora del machismo patriarcal que signaba a la sociedad hasta ese momento.

Algo así. No exactamente eso. Es un parafraseo. Porque “eviten en lo posible las citas textuales, es preferible que lo digan con sus propias palabras”. Claro, con nuestras propias palabras que no sabemos si son las correctas, si responden exactamente a lo que la autora quiso decir. Nuestras propias palabras que tal vez están siendo demasiado sintéticas o demasiado extensas. En fin, con mis propias palabras, sin pensar en caracteres y tratando de dar cuenta de algo propio escribí que este temita del género tardaría todavía muchos años en saldarse.

Pará. ¿Tardaría o tardará? He aquí la í de la discordia que mencionaba en el título. Porque “el título debe dar cuenta de lo que escriban en el texto”.  No es cuestión de poner un título que nos parece que va a quedar lindo y después resulta que lo que dice el texto no tiene nada que ver. Así que, si están leyendo esto, tomen nota de que mi título coincide con mi planteo. Lo digo nomás para que no me anden bajando puntos.

¿Tardaría el machismo patriarcal en resolverse? ¿O tardará?

Si escribo tardaría ¿ese condicional no parece mostrar que es realmente un tema resuelto? Porque yo estaba escribiendo sobre los sesentas del siglo XX, pero me encontraba transitando el 2021.  Y hoy por hoy no estamos ni cerca de haber resuelto la moral patriarcal y machista. Pero si escribo tardará ¿no estoy siendo anacrónica? (¡¡¡Chartier nos libre del pecado del anacronismo!!!) Entonces, ¿qué es lo correcto? ¿tardaría muchos años en saldarse o tardará muchos años en saldarse? Una i. Una í con un tilde. Veinte minutos de cursor titilando sin saber cómo seguir. Horas y horas de reflexión pica seso. Estás lavando los platos y la í de la discordia te posee. Mirás una serie para distenderte y ahí está la í en algo que dijo un personaje. Dudas, dudas y más dudas.

Como soy una alumna muy aplicada pensé “dáselo a leer a alguien para que te diga si se entiende, porque a veces uno está tan metido en lo que está escribiendo que no se da cuenta si algo está poco claro”. Se lo dí a mi marido que, como estudia lingüística, me corrigió todos los tiempos verbales (acá debería ir el emoji de los ojitos para arriba si no fuera porque en realidad valoré y agradecí mucho sus correcciones) pero no le hizo nada el condicional, ni fú ni fá diría mi abuela. Me dijo que estaba buenísimo y que le encantaba y que cuando le corrija lo de los verbos (ahora sí, va el emoji) iba a estar muy bien para presentar. Entonces se lo dí a leer a un amigo que estudia Historia como yo, ¡y ahí saltó la ficha por fin!. Me dijo que estaba bien armado (alivio) que era coherente (felicidad), que había un par de detalles conceptuales que podrían precisarse mejor (agradecimiento). Y finalmente, a lo que íbamos: un audio de minuto y medio en el que me señaló que había un detalle, «en esa frase que ponés ‘que tardará en resolverse’  hay una actitud militante que no está mal pero es una clara toma de posición». Claro, a él le tocó la versión con el tardará.  Sí, chiques, finalmente dejé el futuro simple tardará, en vez del condicional tardaría. Lo hice porque me pareció que por mínimo e imperceptible que sea, es importante que de mi texto se desprenda la idea de que debería modificarse. Que el patriarcado oprime. Que el machismo mata.

¿Vieron que dicen que todo argentino tiene algo de peronista aunque no lo sepa? me gustaría agregar que cada mujer tiene algo de feminista. Lo sepa o no. Es inevitable, porque el sistema patriarcal y machista tardará muchos años aún en volverse más equitativo. Y aunque una no sea una militante orgánica, lleva en su configuración todos los mandatos, las presiones, las opresiones y las reglas de este mundo machista y patriarcal aunque no se dé cuenta. Sólo por el hecho de ser una mujer.

Ahora que lo pienso, debería haber escrito que «tardará muchos años en resolverse, no importa cuándo leas esto».

Y los voy dejando porque casi estoy llegando a las tres páginas lo cual para mí es un montón, pero para un escrito breve está muy bien.

Quisiera dejar una reflexión final ya que “es importante que el texto tenga una idea que se sostenga y que funcione como eje que estructura el relato”. Escribir es un trabajo complejo (eso es cierto, pero además estaba deseando usar la palabrita), y escribir parciales no queda fuera de esa complejidad. Redactar un texto académico que se sostiene en algunas reglas puntuales y -sobre todo- no escritas, nos pone frente a un desafío que no siempre sabemos cómo superar.  Sospecho que todos, todas y todes sabemos esta verdad de perogrullo que no por eso resulta menos cierta (¡la doble negación! ¡Un recurso estilístico muy de historiador! ¡Y me salió solita sin que me diera cuenta! Creo que voy aprendiendo)

Además, no se si a ustedes les pasa, a mí la presión del tiempo, del lenguaje, del plagio y de adaptarme a un estilo que no me es propio, me quita gran parte de lo lúdico de escribir. Y no es que no me guste escribir. Me gusta mucho escribir, aunque leer me gusta mucho más. En todo caso, estoy dispuesta a aprender que es al fin y al cabo la razón por la que estamos acá, y en ese aprendizaje probablemente me encuentre muchas veces con una gran cantidad de dudas nuevas que todavía no se me ocurrieron (horror). Es en ese proceso de dudas donde me encuentro con mi í de la discordia. Una í puede ser toda la diferencia entre mostrar lo que pensamos o no mostrarlo en lo absoluto y creo que, aunque nos de inseguridad y nos genere páginas y páginas de reflexión, es necesario que digamos aquello que nos parece importante decir.

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